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Archivo mensual: septiembre 2008
XVII
Cuando todo se mueve, humedece y fructifica, el bullicio se despereza, despierta para él mismo, explota (luego calma), evoca con el repiqueteo del picamaderos la luz como si fuera a escaparse y necesitara remendar todos sus trajes,… … Seguir leyendo
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XVI
Ni vale menos extender en ramas desplegadas toda mi haz y mi sombra: a quien se acomoda a mi vera, no mengua sino crece hasta su progenie extensa, detiene los azotes de la indigencia … Seguir leyendo
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XV
Ni siente la sed de esos estrechos anillos de largos períodos de sequía o abandono: pervivo en toda la profundidad cómplice aunque al fuego me imponga sin clemencia, respeto. En la niebla me condenso y parapeto denso … Seguir leyendo
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XIV
No enraízas cada brote según majaderos hados no escritos. No brota cada rizoma según desequilibrados fútiles destinos. En la armonía está el serenado respeto. El que labres tú mismo. Sumergido en tus conductos sube y baja … Seguir leyendo
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XIII
Cortesía, no necesitas sentir la vehemencia de tu interior ni rodearte de tus más fieros compañeros de viaje para llegar a tu médula: ha sido creada para asombrarse con las fuerzas que se esconden en la tierra … Seguir leyendo
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XII
Todos los hayedos, incluso, son el mismo. Y distintos. Nacen entre sombras de siembra benévola y alimento de ocres pisadas furtivamente y dan y toman con clarividencia. Solo el bien quiere ser dueño de los amaneceres. Solo … Seguir leyendo
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XI
Incluso aunque los juncos se dobleguen alcanzan el agua con las raíces y permiten a la joven ranita verde cimbrar en la atalaya que al mundo se asoma. Todo es igual. Permanente. Y se acaba una y otra … Seguir leyendo
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X
Incluso entre tus distantes nervios las viejas agallas se guarecen a la sombra de los destinos. Te embellecen. Son un círculo abierto a tu puerta por donde la brisa pasea solícita y benefactora, nutriente de agua como río … Seguir leyendo
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